miércoles, 2 de septiembre de 2015

Operación U.N.C.L.E.

Años 60. Dos espías de naciones enfrentadas tienen que unir sus fuerzas para combatir un mal mayor: una organización criminal internacional. KGB y CIA tendrán que unir sus esfuerzos para evitar que se desestabilice el equilibrio de la frágil situación internacional. En plena Guerra Fría, una alianza improbable nos mantendrá pegados a nuestras butacas durante casi dos horas. Palomitas, espectáculos y mucha diversión.
La primera sorpresa que me llevé con esta película fue antes del estreno. Y no fue gracias al trailer. Al ver el nombre no pude evitar asociarlo con Mortadelo y Filemón y la organización para la que trabajan: Técnicos de Investigación Aeroterraquea. Es decir T.I.A. Y me sorprendió porque es extraño que, siendo como soy de curioso, no supiese que la serie original, emitida en los años 60, fue la que inspiró a Ibañez para sus personajes más emblemáticos. Posiblemente los comics que más he leido en mi infancia. Por eso mi sorpresa al desconocer este dato y mi repentino interés por el film que ahora nos ocupa. Que por cierto, y todo hay que decirlo, salvo esta anecdota poco tiene que ver con los detectives de la ficción ibérica por excelencia.
Mi atención se centró aun más al descubrir que la dirección corría a cargo de Guy Ritchie, director de perlas como Snatch o RocknRolla. Hay que reconocer que su cine no es para todo el mundo. Atrevido y transgresor, ha hecho siempre, y perdonenme los lectores la expresión, lo que le ha dado la real gana. Y esta Operación U.N.C.L.E. no es menos. De hecho es más. Es muy escaso el cine que nos sorprende en su forma más que en su fondo, sobre todo si hablamos del circuito comercial, y eso es con lo que me quedo de esta película.
No nos vamos a engañar: la historia bien podría haber servido para cualquier otra franquicia de espías, como por ejemplo Misión Imposible: espías dobles, alianzas imposibles, traiciones inesperadas, sorpresas continuas y mucha acción. No es malo, pero tampoco resulta excesivamente innovador. Sin embargo, se convierte en especial en la manera en que se cuenta. Grandes dosis de humor, en gran parte del más negro, como le gusta al director. Una presentación de personajes dinámica y original, que desgrana el trasfondo y motivaciones de los personajes poco a poco. Y una resolución satisfactoria con traca final incluida y un tercer acto que cierra lo suficiente la historia, pero que también deja puertas abiertas para posteriores partes.
Las interpretaciones, casi sin excepción, de los actores implicados, no solo no desmerece, sino que abrillanta el resultado final. Aquí todo son excesos, chulerías y acrobacias. Se nota que han disfrutado haciendo la película. Y se nota de nuevo la mano del director, que ya apuntaba maneras cuando hizo que Brad Pitt hablase como un paleto.
Los demás aspectos técnicos son sobresalientes. A destacar el uso de la música, buscando más el contraste. en ocasiones, que el acompañamiento. Y con una selección de canciones que se disfruta.
Pero el alma de la película reside en la dirección. Elecciones arriesgadas hasta para el propio Ritchie, que se adentra un poco más en territorios desconocidos y consigue llegar a buen puerto. El dinamismo que consigue con su estilo es único. Como ya adelanté antes, no es un cine para todo el mundo. Se le podría acusar de videoclip de dos horas, como en ocasiones anteriores se ha dicho del cine del director. Pero para mi la sensación es bien distinta. Frescura y originalidad, algo que se echa bastante de menos en esta época de productos prefabricados. Respetando su referencia original lo suficiente, pero revitalizandola hasta llevarla a nuevas cotas de espectacularidad. Cada escena es casi única, sin abusar de los clichés establecidos en las cintas de acción. Aunque reconozco, por otro lado, que puede resultar agotador para el espectador casual, aguantar este tour de force en el que Ritchie se empeña en el más difícil todavía, una y otra vez.

Imprescindible para los seguidores del Guy Ritchie, muy recomendable para los amantes del género de espías y una agradable sorpresa para aquellos que buscan algo más. Los aficionados más clásicos deberían darle una oportunidad, pero en este último caso no garantizo la satisfacción. Pero de cualquier manera, la sorpresa, espero que más buena que mala, si que está asegurada.

Ficha en Filmaffinity